viernes, 30 de mayo de 2008

Día 9. Solo me pongo triste cuando alguno en el momento más inoportuno me pregunta por ti

Tantos años de relación apasionada con María me han creado cierta fama. Es inevitable que mis amigos me relacionen con ella. En el día 9 de alejamiento, María ha estado más presente que nunca.

En la mañana Zé me dijo que llamaría a nuestro amigo camello para hacer algunas compras. Que si yo quería apuntarme. Le dije que no. Que mi decisión de alejarme de María seguía firme.

Durante la tarde me encontré con un amigo peruano en el metro. No nos veíamos hace tiempo y me propuso hacer lo que hemos hecho casi todas las veces que nos hemos visto: lanzar un tronchito. Le dije que no. Que tenía nueve días sin ver a María y que mantendría la abstinencia. Se sorprendió mucho, pero no insistió.

Un par de horas más tarde recibí un mensaje de mi amigo camello. Me decía que haría una gran compra y me preguntó si aportaría. Le reenvié el mensaje a Zé y me desentendí del tema.

Por la noche vi a una amiga griega a la que no veía hace mucho tiempo. Me dijo que su chico estaba desesperado por ver a María y no sabía cómo encontrarla. Ella por supuesto pensó en mí. Le di el teléfono de mi amigo camello e intenté no pensar más en porque todos mis amigos me relacionan con María.

Creo que con el tiempo, sin darme cuenta, dejé de ser Marco para pasar a ser el novio de María.

2 comentarios:

Marbe dijo...

te sigo cada noche. ni fiscal ni ángel guardián. Más como hermana y fan de tu literatura. Quiere decir apenada con lo que cuentas y extasiada por cómo lo cuentas.
"Keep walking" como dice el hombrecito dorado de galera (¿lo ubicas?).
Beso

Anónimo dijo...

Gracias por ser una observadora de este experimento.
También te considero una hermana. No hay motivos para apenarse ni para preocuparse.