viernes, 20 de junio de 2008

Día 30. Las fuerzas externas

Hace más de un año que quería escribirle a mi profesora de yoga. Quería explicarle porque me fui sin decir nada, contarle qué había sido de mi vida desde ese entonces y agradecerle por todas las enseñanzas. Ella es en gran parte responsable de este nuevo bienestar pues me dio muchas de las herramientas que ahora utilizo para "respirar mejores aires".

Ayer lo hice. Le escribí un email largo contándole algunas de las cosas que escribo en este blog: las viejas adicciones y las nuevas actitudes. Y claro, agradeciéndole.

Me respondió mucho antes de lo que yo esperaba. Ayer mismo, por la noche, tenía en la bandeja de entrada su email. Leerlo me emocionó.

Quiero compartir algunas de las cosas que me puso. Como para que vean cuánto nos pueden motivar algunas palabras, cuánta fuerza nos pueden dar para seguir con todo y contra todo:

Estoy verdaderamente conmovida.

...

Tu carta es un regalo no solo para mí, es una regalo y una bendición para mucha gente que talvés ahora se encuentre pasando por algo parecido, muy parecido o igual a tu experiencia.

...

Te agradezco, porque realmente eres una canal de energía y, todos los somos.... todos tenemos ese potencial pero en ti ha despertado.

...

Que todos los méritos que logras al realizar tu práctica se multipliquen infinitamente para el beneficio de todos.

Que seas muy feliz.


Y eso... quería compartirlo con ustedes.

jueves, 19 de junio de 2008

Día 29. Sobre las curaciones

Hoy se fue Mónica de la casa. Ella es una amiga de la Rê, vive en Inglaterra y vino hace una semana a pasar sus vacaciones en Barcelona. Se quedó en casa. En los últimos tres días nos hicimos amigos. Estuvo viniendo a la playa con nosotros, comimos juntos y conversamos bastante.

Hoy, cuando ya estaba por irse, descubrimos que tenemos algo en común. Ambos somos iniciados en Reiki. Le conté de mi experiencia y ella me contó de la suya. Algo de lo que me dijo me dejó pensando.

Yo le conté que algunos días después de mi iniciación pasé por alto los consejos de mi profesora y vi a María poco antes de una sesión de auto Reiki. Vomité y me vino un dolor de cabeza muy fuerte. Pero después de eso no hubo mayores problemas. No volví a fumar antes de una sesión y todo estuvo bien con María.

La experiencia de Mónica fue distinta. Ella dice que nunca fue muy devota de María. Si bien la fumaba cada vez que algún amigo le invitaba, no era una gran consumidora. Sin embargo, después de su iniciación en Reiki algo cambió. La siguiente vez que fumó su cuerpo rechazó el humo y se puso a vomitar, a pesar de no estar practicando Reiki en ese momento. Lo mismo pasó un tiempo después, cuando volvió a fumar. Desde ese momento no le provoca ver a María.

Yo me pregunto si me gustaría llegar a ese punto. Si sería feliz si mi cuerpo rechazara a María de esa manera. Me respondo también: no. No quiero llegar a eso. Me gusta utilizar terapias alternativas (alternativas a Occidente, claro está) que me ayuden a sanarme y a sanar a los demás. Pero también me gustan el placer momentáneo, la evasión y los estímulos fuertes de los sentidos.

Creo que aspiro a un equilibrio. No sé si es entre el Bien y el Mal o si es entre mis ganas de sanarme y mis ganas de evadir. Creo que es más bien algo así como un equilibrio entre el auto Reiki y la autodestrucción.

miércoles, 18 de junio de 2008

Cuatro semanas

Ayer vino el Fábregas a casa. Este es un amigo que vivió conmigo un par de meses. Me conoció en una de mis épocas mas adictas. Varias veces me vio llegar a casa medio desesperado porque se me había acabado la hierba y no tenía de dónde conseguir.

Él tampoco estaba muy bien cuando convivimos. Andaba con depresión y no sabía qué hacer con su vida. Dormía de día y vivía de noche. Más de una noche hemos compartido porros y conversado sobre nuestros males.

Fábregas se fue a Perú hace tres meses. Se fue a sanar. Estuvo algunos días en Lima y después se internó en la selva en busca de la ayahuasca.

Ayer lo vi mucho mejor. Sigue siendo el mismo ser autodestructivo, pero con muchas ganas de vivir. Con proyectos.

Él también me encontró mejor. Le conté la cantidad de días que tenía sin ver a María y se sorprendió mucho. Recordaba lo hondo que había caído.

Este reencuentro merecía una celebración. Nuestra amistad se había formado alrededor de porros de María así que...

... así que nada, compramos vino y fumamos hachís.

Día 27. Mi cuerpo pregunta: ¿ya?

Muchos objetivos están ya cumplidos. Ya no tengo esa ansiedad tan fuerte por fumar y vuelvo a sentirme lúcido. Este estado además empieza a gustarme.

A estas sensaciones quería llegar cuando empecé el experimento y si bien aún no controlo del todo mis ansias autodesctructivas (y creo que tampoco quiero hacerlo), siento que este tiempo sin María me ha sido muy útil.

Ahora, cuando alguien fuma cerca mío, lo miro y me pregunto por qué yo no. ¿Por qué reprimir las ganas? ¿Me hará daño?

No sé muy bien porque, pero seguiré un tiempo más con la abstinencia.

lunes, 16 de junio de 2008

Día 26. Un domingo cualquiera

Hasta hace unas semanas mis domingos eran más o menos así:

Despertar (por lo general, después del mediodía) y fumar un porrín para acabar con la resaca y tener motivaciones para empezar el domingo tristón.

Tomar algo de desayuno y fumar un porrín mientras veo televisión (cuando la tenía en la habitación) o mientras leo los periódicos (cuando llegaban a casa) o mientras pierdo el tiempo en internet.

Convencerme de que necesito juntar fuerzas, levantarme (de la cama, del sillón o de la silla) y prepararme algo de comer pues mi estómago ruge y maldice mi pereza. Para obtener esas fuerzas y para que cocinar sea menos aburrido: un porrín.

Comer.

El religioso desengrase (fumar un porrín después de comer, en buen cristiano).

Quedar con alguien para conversar o caminar y evitar la angustia juntos. Antes de eso hay que bañarse y antes de bañarse: un porrín, para disfrutar la ducha a plenitud.

Encontrarme con la persona con la que he quedado. Conversar un rato y, por supuesto, un porrín.

Volver a casa, echarme en la cama y antes de ir a dormir: un porrín, para no pensar que mi domingo ha sido de lo más triste, que hace tiempo que mi vida viene siendo de lo más triste y -lo más importante- para intentar no sentir la angustia y el vacío que inevitablemente se respira los domingos.

...

La rutina de este último domingo ha sido distinta, este fue un día muy productivo. Los porrines no fueron de María y no estuvieron ni cerca de la cantidad de los domingos anteriores. Pero aunque parece que la vida no es tan triste como hasta hace algunas semanas, la angustia y el vacío siempre llegan los domingos.

Día 25. Sábado es imposible no pensar en ti

Cuando salgo de fiesta me gusta estar loquísimo. No me gusta estar picado, borrachín, medio movido. No. Me gusta estar locazo.

Este sábado, cuando estaba en camino a encontrarme con los amigos, creía estar tranquilo, satisfecho con mi sobriedad y sin ninguna prisa por salir de ella.

Creía.

La cerveza activa algo en mí. En Perú se le llama "picar el diente"". Es decir, tomas un poquito y tienes ganas de tomar mucho más. Cuando empiezo a tomar, el objetivo es abandonar todas las inhibiciones y darle lugar a la risa. Mucha risa.

Pero no solo quiero estar borrachísimo. Hace tiempo que eso dejó de ser suficiente. Me gusta estar, como lo acabo de decir, locazo. Para eso, como ya suponen, mi querida María ayuda mucho.

Este sábado, cuando las cervezas habían hecho ya algún efecto decidí que era momento de sacar la piedrita de hachís. Los amigos celebraron la decisión. La "china" cumplió sus objetivos. Cuando María se acercó, a pesar de que estuve pensando en ella toda el día, la evité.

La pasé muy bien esa noche. Nos reímos mucho, compré una bicicleta a un precio increíble y terminamos la noche (o mejor dicho, empezamos la mañana) cantando, tocando guitarra y aplaudiendo al lado de un simpático mercado.

Esto, a diferencia de la cotidianidad con María, no es algo que quiera cambiar. No sé si es espíritu autodestructivo, necesidad de evasión o simplemente ganas de divertirse. Pero estoy contento con mis sábados.

Christina ha hecho una canción para estos días. Escúchenla.