viernes, 6 de junio de 2008

Día 16. Aprendiendo a convivir con María

María viene a mi casa todos los días. Conversa con Zé, me mira, me provoca y se va resentida porque aún no le hago ni puto caso.

Creo que este es el logro más importante de estos 16 días. Ahora puedo verla, sentir su olor, ver los efectos que causa en otros y -aunque todavía la quiero- por ahora no me provoca.

Estoy mucho mejor que cuando empecé el experimento. Me siento más positivo ante la vida, creo que puedo organizar mejor mis ideas y tengo más disposición para hacer cosas.

Creo estar más fuerte. Pero aún no es momento de volver a verla. Pienso que el sacrificio debe ser un poco más grande. Si bien fantaseo con el día y las circusntancias de nuestro reencuentro, María se mantendrá alejada de mí un tiempo más.

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