Ayer vino el Fábregas a casa. Este es un amigo que vivió conmigo un par de meses. Me conoció en una de mis épocas mas adictas. Varias veces me vio llegar a casa medio desesperado porque se me había acabado la hierba y no tenía de dónde conseguir.
Él tampoco estaba muy bien cuando convivimos. Andaba con depresión y no sabía qué hacer con su vida. Dormía de día y vivía de noche. Más de una noche hemos compartido porros y conversado sobre nuestros males.
Fábregas se fue a Perú hace tres meses. Se fue a sanar. Estuvo algunos días en Lima y después se internó en la selva en busca de la ayahuasca.
Ayer lo vi mucho mejor. Sigue siendo el mismo ser autodestructivo, pero con muchas ganas de vivir. Con proyectos.
Él también me encontró mejor. Le conté la cantidad de días que tenía sin ver a María y se sorprendió mucho. Recordaba lo hondo que había caído.
Este reencuentro merecía una celebración. Nuestra amistad se había formado alrededor de porros de María así que...
... así que nada, compramos vino y fumamos hachís.
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2 comentarios:
cuatro semanas!! q bien!!
solo te pido, como asidua lectora, q no nos dejes al mes.
cualquier cosa, lo sometemos a votación, no??
Las opiniones de los observadores de este experimento son súper importantes, son el objetivo de este blog. Las necesito, me ayudan a tener motivaciones.
Sin embargo, zarelita, la decisión final la tomo yo.
Lamentablemente no te puedo prometer que prolongaré mi período de abstinencia.
Eso tampoco quiere decir que, cual Homero Simpson, correré hacia ella justo después de cumplir el mes. Pero ahora mismo no pienso plantearme un objetivo mucho más largo. Quizás llegue a los 6 o a los mil meses. O quizás se acabe todo a los 32 días.
De todas maneras, creo que este período habrá servido. La vida no volverá a ser igual. No quiero volver a las sensaciones de depresión y dependencia de hace cuatro semanas.
Muchas gracias por tus comentarios, tus pedidos, tus preguntas. Gracias por ser una observadora de este experimento.
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