sábado, 24 de mayo de 2008

Día 3. El hermanito insiste

Otro de mis objetivos en estos días es recuperar los horarios de vida más sanos. Hace ya varias semanas que me despierto después de la una de la tarde. Trabajar en casa me permite levantarme de la cama a la hora que quiera, pero he abusado de esta posibilidad y últimamente me pasaba las noches en casa, frente a la computadora, trabajando y fumando.

Ayer pude levantarme a las ocho de la mañana, debido a una cita laboral. Pensé que sería la forma perfecta de volver a tener sueño a una hora decente, pero como conté en el post anterior, las circunstancias me volvieron a llevar a acostarme a la hora habitual.

Hoy desperté a las tres de la tarde y con cargo de consciencia. Más por volver a este horario de vida que por la rápida visita que María me hizo en la noche anterior.

A pesar de la resaca, salí a correr. Comí verduras y hasta medité. En la noche quedé con un amigo que ha vuelto de viaje y al que quería ver. Sabía que llevaría a María al encuentro, pero sabía también que mi respuesta sería negativa. Le conté de mi decisión. Me ofreció una alternativa: el hermano menor.

Fumamos un porrín de hachís en un bar muy agradable y con circunstancia aun más agradables (yo soy muy tímido, pero estas dos noches las circunstancias me han buscado). Sin embargo, fui prudente. Me fui temprano a casa y rechacé todas las ofertas de María de la noche.

Aún no hay desesperación ni vacío ni angustia. Me imagino que algo tiene que ver el deporte con todo esto. Me imagino también que este blog en algo ayuda.

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