sábado, 24 de mayo de 2008

Día 2. María quiere volver

Si este blog, tiene algún lector (lo cual dudo), debo pedirle disculpas. La idea es redactar un post cada noche contando como prosigue la vida después de María, pero anoche, cuando llegué a casa, no estaba en capacidad de redactar absolutamente nada. No por María, sino por varias botellas de cerveza.

En fin, ayer volví a hacer deportes y tuve un día de esos en los que casi ni extrañé a María. Por la noche salí con Zé a tomar un cerveza. Ambos resaltamos que sería solo una. Sin embargo, las circunstancias nos obligaron a quedarnos hasta las seis de la mañana por las calles de Barcelona (las circunstancias pueden llegar a ser tan lindas por aquí...)

Al llegar a casa Zé prendió un porro pequeñísimo. Me dijo que era solo de hachís. Lo fumé. Algo de María había en él. Se lo pregunté y me dijo que sí, que tenía un 20% de María. Seguí fumando.

Me quedé dormido en el mueble de casa. María había intentado regresar a mi vida, pero la verdad es que ni me enteré. Me dormí en el acto. Las puertas aún están cerradas para ella. Sé que el hachís es su hermano menor, pero su consumo no representa ningún peligro para mí.

Su hermanita en cambio... aún seguirá lejos de aquí.

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